lunes, 17 de noviembre de 2008

41'63 km Descrestando La horizontal - Somosierra










fichero Google Earth con los tracks propuesto y realizado

tracks (propuesto y realizado) y waypoints comprimido


SOMOSIERRA- PUERTO DE LA LINERA
(No concluida por la nieve y los jabalíes)


Comenzaba el día fresco y soleado y presagiaba una buena mañana de campo, luego se cumplirían estos presagios.

Ya desde el inicio, comenzamos los tres Mosqueteros, Ángel, Pedro y el que suscribe, subiendo hasta la antigua escuela de vuelo sin motor y el frío se nos fue instantáneamente. Empezamos a considerar que esta ruta no parecía tan “horizontal” como tan insistentemente aparece en las distintas guías; se nos empezó a recompensar con las vistas de la Pinilla y Cebollera tan bellamente nevadas.

Para variar, seguimos subiendo por Peña Zorrilla y los Quiñones hasta Colgadizos, casi a paso de tortuga y aparecieron los primeros neveros indicadores de la altura en la que nos encontrábamos (1830 m.) y responsables de los primeros resbalones sin otra consecuencia que la honra.

Las vistas ahora se podían considerar casi vírgenes, dado lo agreste de la zona y la ausencia total de personas; por el lado de Segovia, Prádena y Matabuena y por el de Madrid, La Acebeda y Robregordo.

Descendimos por la Loma de los Arrieros hasta el Puerto de La Acebeda con bastantes precauciones y echando en falta una buena bici de doble suspensión, ya que debido al constante barro y pedregal de todo el itinerario, en ocasiones se hacía casi ingobernable la bajada por la constante vibración y no era posible elegir una buena ruta sin piedras.

A pesar de todo, estábamos recompensados de sobras por la ausencia de gente y el pinar nos surtía de perfume y silencio absoluto.

Cómo no, seguimos descrestando hasta llegar a Peña Quemada y cuál no es nuestra sorpresa al ver a una familia que han subido de Castillejo a pasar el día al fresquito de la sierra. Nos saludan y vitorean efusivamente y proseguimos nuestro viaje; a la vuelta siguen en su sitio y repiten saludos; dan ganas de quedarse a pasar el resto de la mañana con ellos.

Estábamos con las fuerzas muy justas desde hacia rato por el continuo subir casi sin tregua y hacia mucho que habíamos decidido por unanimidad que lo de “la horizontal” era un nombre como cualquier otro, así que, cómo no, y para rematar, la nieve hizo su aparición a partir del Cerro Jabinar más que nada para alegrarnos la mañana.

Estuvimos peleando casi un kilómetro, pero cada vez era más densa hasta que cerró completamente el camino y nos tuvimos que volver con la bici al hombro campo a través para coger el camino de vuelta.

Cuando nos las prometíamos felices, ya que el camino de vuelta era mucho mas benigno que el de ida, se nos aparece un cazador escopeta en mano y nos explica que el monte está acotado por una montería de jabalíes y nos tenemos que desviar hacia La Acebeda . ¡A punto estuvimos de perder los nervios, cómo cortan un monte entero y te echan sin mas!
¡A recalcular la ruta! gracias a Dios que llevábamos un mapa y el GPS nuevo con cartografía incorporada.

Después de un rato de dudas logramos reencontrarnos, aunque el trayecto por la carretera y el hecho de haber descendido tantos metros no nos transportaban, precisamente a un estado de felicidad, además ya comenzaba a ser algo tarde y el tiempo apremiaba.

Cuando por fin vimos otra vez la gasolinera de la carretera vieja de Somosierra a mí particularmente me entró una sensación de orgullo por haber sido capaz de terminar una ruta, tan dura y con tantas sorpresas que al inicio no podríamos haber imaginado.

Esto no puede ser mas que un escueto resumen de una mañana que, para mí se ha convertido en memorable.



Alcorcón, martes, 18 de noviembre de 2008

Rafa B.

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